En el reciente congreso de ALICE, Comunicación política y sociedades polarizadas, en Campeche (México) presenté (no sin dificultades técnicas) la ponencia: La construcción del líder en el discurso “memético” de Milei.
Su tesis es que Javier Milei construye un discurso aparentemente basado en la teoría económica. Pero desde el punto de vista retórico incurre en falacias de generalización (por ejemplo, mono-causalidad) y abusa de entimemas (razonamientos incompletos) en donde deriva de una especulación teórica indemostrable una consecuencia real y, lo es peor, una justificación de medidas de gobierno.
Un ejemplo, la especulación contra-fáctica de la posibilidad inverosímil de llegar a una hiperinflación del 15000% anual concluye: «Esta es la herencia que nos dejan: una inflación plantada de 15.000% anual», frente a lo cual solo queda el ajuste y el shock. La argumentación se reduce a un eslogan: «No hay plata», «no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock«. Estas consignas, recortadas en un tuit o en un videíto de TikTok es lo que termina circulando. Un meme de la teoría.
Un contenido teórico que se difunde a través de un formato claramente populista: división de la sociedad en dos bloques, construcción de enemigo, líder mesiánico embestido de una misión…Lo explico en esta nota del suplemento Número cero del diario La Voz del Interior; ¿Cómo construye Javier Milei su narrativa?
Releo mis columna Entremedios en mdz on line de la época de las elecciones y descubro que allí están pautadas las condiciones de posibilidad de este relato que ahora se nos impone.
Avance de un estilo desaforado de discurso público como forma de captar la atención de los medios y de aligerar la gravedad de los prejuicios sociales lanzados;
Advenimiento de una nueva condición del individuo empoderado que quiere revancha contra el abandono del Estado;
Profundo descontento de los trabajadores precarizados, pequeños comerciantes e impacto de algunas ideas libertarias en ese ambiente de desamparo;
Debilitamiento de la confianza en la autoridad epistémica de los científicos, de los pensadores, de los profesores en el debate;
Avance de la concepción omnicomprensiva del capitalismo que pretende que el mercado regule todas las actividades, incluyendo las sociales, culturales, educativas, la salud y el bienestar personal.
Ya con los anuncios de las primeras medidas del nuevo gobierno asomó la cabeza un dispositivo de comunicación, que tiene el desafío de facilitar la gestión de la peor herencia de la historia, según la definió Javier Milei en su discurso de asunción. De eso habla la columna Entre la narrativa y la conversación del diario Perfil, donde parecía que su teoría implícita de la comunicación combinaría el discurso público acelerado del ajuste y del cambio con una negociación política tercerizada.
Hoy sabemos que no hay voluntad de diálogo en el gobierno, el consenso es ceder frente a la casta. El conflicto es un fin en sí mismo, cada derrota política una oportunidad para mostrarle a sus fans que la casta no lo deja gobernar.
Por ahora pienso que la comunicación política de Milei se puede sintetizar en esta ecuación:

Y explico: a más autoritarismo y aceleramiento menos gobernabilidad. Hasta ahora el Congreso, los gobernadores y la Justicia le están frenando o limitando las reformas que siguen esa operatoria (Ley Ómnibus, mega DNU). Esto entra el tensión con la necesidad de producir resultados (baja de la inflación, reactivación, recuperación de salarios) antes de que haya una resistencia fuerte de parte de los sectores pobres y medios.
La combinación de Teoría (en el contenido), con Populismo (en la forma) no reemplaza la necesaria Comunicación estratégica para convencer, acordar, sincronizar expectativas. ¿Se dará cuenta de que eso es lo que que necesita la gestión de la economía real?